lunes, 13 de octubre de 2014

Guatemala crece a su potencial económico: tiempo para retomar los lineamientos de política para un crecimiento económico pro pobre y pro calidad de empleo.

El crecimiento potencial suele definirse como la tasa de crecimiento económico consistente con un nivel “normal”  de desempleo (Gordon 2014).  Las implicaciones de crecer económicamente cerca de las tasas potenciales tiene implicaciones importantes: i) afecta el ingreso promedio presente y futuro, ya que condiciona el mercado laboral y por ende la cantidad de empleos; ii) afecta la demanda de bienes futuros, tanto de inversión como de consumo;  iii) determina la política fiscal y monetaria, ya que por una parte es un insumo para algunas técnicas de programación, como la regla de Taylor, y, modifica los ratios de largo plazo, como el de deuda a GDP. Algunas estimaciones muestran que Guatemala está creciendo a su nivel potencial, lo que lleva a suponer una tasa “normal de desempleo”; de ser así, el foco de la discusión está en el mercado laboral[1].  

FMI (2013) ha estimado que el crecimiento potencial está cerca del 3.5% anual y que el GAP de crecimiento  (brecha observada respecto al potencial) está prácticamente cerrada; aunque otras metodologías sugieren la existencia de un significativo GAP pasado, el crecimiento potencial estaría en el 3.7%.

De continuar la tendencia de mayor crecimiento, las políticas para el empleo deben fortalecerse. Al igual que otros estudios, FMI 2013 indica que la barrera de la productividad de factores  es una importante restricción en la calidad del empleo, de esa cuenta que las recomendaciones ocurran más por el lado de la oferta, entre ellas, conforme BM 2014: i) revisión de las cargas regulatorias para crear empresas formales y por ende empleos formales; ii) aprovechamiento de la heterogeneidad en creación de empleo por tipo de empresas, algunas, como las orientadas a la exportación, han creado el doble de empleos que otras de igual tamaño; iii) un crecimiento de 10% en capacidad tecnológica aumenta en uno por ciento la tasa de empleo entre empresas; iv) contrario a la tradicional captura del estado, los privilegios y corrupción desalientan la creación de empleos; v) el respeto a la legislación laboral puede ser una causa fundamental de progreso. Otros factores estructurales como el aumento de capital humano, condiciones básicas de infraestructura y otras son importantes.

Estamos creciendo económicamente a tasas cercanas a nuestro potencial, de esa cuenta el paso siguiente es hacía la calidad del crecimiento. El abanico de posibles reformas o políticas públicas es amplio y en su eje está el mercado laboral. La confección de políticas, su alcance y efectividad, como de costumbre, quedará en las manos   de aquellos que están o estarán en la cancha de la gestión de estas políticas.



[1] La llamada economía heterodoxa no recibe bien la existencia de una tasa de crecimiento de largo plazo, para fines operativos me encasillaré en la economía convencional. 

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