jueves, 7 de mayo de 2015

Rescate y Reconstrucción del Ministerio Finanzas Públicas

De acuerdo a la legislación Guatemalteca, el Ministerio de Finanzas Pública (Minfin) es el ente rector de la política fiscal y le corresponde administrar  lo relacionado a la hacienda pública (ingresos – más allá de SAT-, gastos, endeudamiento y  patrimonio, entre otros).  Con los años, el Ministerio se ha convertido en una caja, cuyo indicador es la rapidez con que la misma se abre . Rescatarlo y reconstruirlo [1] a mi criterio es más importante que hacer lo mismo en SAT, por las siguientes razones:

1. No existe una política fiscal explicita y por ende no existe una visión de mediano plazo  (tres años). Pese  a la ausencia anterior, sería posible una conducción moderna, sin embargo, con los años, en general, el énfasis ha sido al  sobrevivir. La ausencia de una moderna política fiscal ha llevado a una pérdida en el uso de los instrumentos clásicos de política fiscal.
2.  La inversión física para 2015 se programa en 0.7% del PIB y posiblemente sea solo del 4.82% del presupuesto total, las discusiones de la política fiscal como estabilizar o promotor del crecimiento están fuera del radar. En su lugar se ha favorecido el gasto corriente, que no necesariamente implica la ampliación de servicios sociales. El caso de Amatitlán es un ejemplo sobre la preferencia por medidas de corto plazo.
3. La lógica de programación de gastos por techos facilita que las instituciones decidan inversión y funcionamiento y crea incentivos para fomentar prácticas como incrementos de salarios, vía pactos colectivos, no necesariamente justificados. 

4. A  las escasas medidas para la calidad del gasto, se suma el abandono de la conducción de los ingresos (no solamente losa administrados por SAT). La tendencia para los próximos cuatro años es clara, esperando que la carga llega  a 9.8% en 2017, posiblemente la más baja de 15 años. Cabe recordar que el ente encargado de conducir las políticas de ingresos (no solo SAT) es el Minfin y  que dicho ministerio es parte del directorio de SAT, que debe velar por que dicha institución logre sus objetivos.

5. Y, aunado a una relajación en el control del gasto y el escaso desempeño en ingresos, se suma la acelerada contratación de deuda. Ya en los últimos años el ritmo de crecimiento de la deuda (operaciones de crédito público) ha sido acelerado, aprovechando la sanidad que se tenía. La entidad servicios ha pasado a ser un ejecutor con un presupuesto muy similar al Ministerio de Educación, lo cual debe dar evidencia que no vamos bien. Se ha regresado a enviar préstamos al Congreso, ya hay dos, a pesar de lo aprendido previamente. 

A ello hay que agregar que los casos de corrupción se han en todo los niveles de la administración financiera: i) en ingresos es claro el caso de defraudación; ii) en gastos, la transferencia, como en el caso de Amatitlán; y iii) en deuda los efectos de los préstamos con Brasil hace años.

En suma, la política fiscal y el Ministerio han entrado en un deterioro más profundo que la SAT, resultado de varias administraciones. Bien vale la pena pensar en su rescate y reconstrucción.




[1] Nombre adaptado de la iniciativa ICEFI "Rescate y  Reconstrucción de la SAT" .

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