lunes, 1 de julio de 2013

My life in Guate, seis meses después. La condición de emigrante.

Los emigrantes siempre tenemos ese sueño del retorno a casa. Por ratos las ganas de establecerse llegan y la pertenencia se ve tan cercana. Ya son seis los meses desde el día que volví a mi querido país; me ha recibido el amor, la amistad,  la familia, nuevos y maravillosos trabajos.

Hace 18 años decidí libre y voluntariamente dejar la casa de mis padres, e iniciar un largo viaje. En 18 años he vivido 6 años fuera de Guatemala, ya son 30 los países que he visitado y ya solo restan  4 por visitar en América . Y en medio de ese transitar,  me he sabido encontrar, manso, pero no menso, buscando apreciar las cosas simples de la vida, respetar los ideales de otras personas, sin ceder los míos, aprender que la sociedad se hace de la diversidad y que son las cadenas de los prejuicios las principales militantes de nuestra armonía . Y, a pesar de ello, por ratos se sale el acento de huehue, los chilenismos y el ché.

Ay el amor, !loco y bello amor!. Han sido seis meses para dejar las puertas abiertas de par en par, a bajar las banderas y firmar con gusto el acta de rendición. Redescubrir Guatemala acompañado ha sido una gran dicha, recorrer de nuevo la antigua, reencontrar familias, sentir estas lluvias, caminar, comer, comer y comer, todo ha sido hermoso. No puedo estar más que agradecido por ello.

Y en ello, el trabajo. Decidí hacerme consultor con un organismo internacional y lo hice. Renuncié de ello para tomar una posición en el gobierno y, en estos días, me siento retado por aportar en algo. Felizmente soy de nuevo un funcionario para el servicio público.

La vida me dio la oportunidad de encontrar con vida a personas de la familia, lastimosamente ya no están con nosotros. También me ha dado la oportunidad de trazar nuevos proyectos familiares y de estar allí, por horas, días y semanas.

Y en todo ello, aún sigo siendo un emigrante, sigo sabiéndome ser, dándole movilidad a mi identidad. Y, en plena soledad, agradezco a Dios, no por lo que yo he logrado, sino por darme la oportunidad de estar acompañado, de caminar pequeños pasos, algunos tomados de la mano, y de sentir en las otras personas  la prueba más concreta de su existencia.


Bajo el rostro nuevo de cemento,
Vive el mismo pueblo de hace tiempo,
Esperando siguen los hambrientos,
Más justicia, menos monumentos.

Vuelvo, amor vuelvo. A saciar mi sed de ti.
Vuelvo, vida vuelvo, a vivir en ti país.






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