¡Así, si! El reconocerse en igualdad con el equipo

Hace unos meses un miembro del equipo se me acercó y con un fuerte estrechón de manos exclamo: “Así, si, para servirle en todo lo que pueda”. El colega pudo o no mentir, pero el episodio puede ser asociado a ciertas manifestaciones que manifiestan la forma de integración de un verdadero trabajo en equipo. Muchas son las acciones que limitan que los equipos pueden desatar su disposición a servir entre sus propios miembros, entre ellos el reconocerse en igualdad.

El artículo de Ferrazi (2012) pone en relieve algunas tareas para que los equipos superen algunos de sus problemas de integración. Por ejemplo: 1) para evitar el resquemor de la imposición y el límite a la creación conjunta, se puede potenciar la participación en pequeños grupos. 2) Para hacer que fluya la comunicación, el liderazgo participativo debe estar en todo nivel, incluso en pequeñas jornadas de trabajo, de allí que el soporte debe estar en los coordinadores en grupos intermedios (mandos medios); y 3) para evitar el feedback negativo, se deben gestionar las críticas. evitando resentimientos innecesarios.

De igual forma, existe un conjunto de iniciativas para que el equipo pueda reconocer su potencial. Por una parte, la idea de que todos “jalamos” bajo una misma corriente y en un solo bote. Por otra parte están todos los códigos que evitan que el poder se convierta en la bandera de supuestos mandos medios: la dignidad, la igualdad y el respeto son la base de los mecanismos de comunicación, ya sea en jerarquías o en organizaciones adhocráticas.

Ciertos síntomas son propios de un equipo desintegrado: pequeños feudos, las puertas cerradas, las competencias falsas, el ninguneo de iniciativas y, desde luego, la burocratización innecesaria; de allí que emerjan  reacciones a problemas, en detrimento del desencadenamiento de la innovación y el crecimiento. Y usted, ¿cuándo fue la última vez que dijo “así, si”, soy parte de un equipo que va por las metas?

* formato de columna plagiado vilmente...jejej