Todos los fines de años regalo los libros y documentos que he
leído, no me ha gusta tener a las aves prisioneras. Sin embargo, siempre hay excepciones
y una de ellas, que me gusta pensar llegó para acompañarme, es Instituciones y
Economía: una introducción al neoinstuticionalismo económico de José Ayala,
Fondo de Cultura Económica, Primera Edición, 1999. Lo atesoro por varias razones,
pero la principal es que este pequeño libro de pasta verde, por muchas tardes sirvió
para el dialogo con el Economista Edgar Reyes – Reyes Escalante-. Hace un par
de años regresé “nuevamente” a Guatemala y me enteré del deceso físico de “Reyes
Escalante” – así le decía- y es a su
memoria es que escribo estas letras para preservar lo que viví en sus apuntes de clase, cuando fui
su profesor auxiliar, cuando fuimos colegas docentes y luego colegas de trabajo.
Perdonarán la referencia a hechos de mi vida, pero ha sido mi caminar el que ha
tenido la suerte de sentirse acompañado.
I.
De los apuntes Problemas Socioeconómicos de
Guatemala y los primeros años en el área profesional
En el año 1994 me
matricule en la carrera de Economía de la Universidad de San Carlos. Devorando
varios libros, llegó a mis manos el folleto de apuntes denominado “Problemas Socioeconómicos
de Guatemala” de Edgar José Reyes Escalante, material que tenía un enfoque
introductorio general y de principal interés para los que posteriormente escogiéramos
dicha carrera. Algunos introdujimos los pies al agua con dicho libro, recuerdo
su pasta celeste y si no estoy mal su costo de Q. 5.0 –Precios, precios y precios- .
Durante esos primero años de área común, el libro de apuntes era parte de la
colección de apuntes básicos y reproducidos de forma masiva en la Facultad de Ciencias
Económicas de la Tricentenaria.
Años después, como solía pasar en la llamada área
profesional, los estudiantes de economía siempre fuimos un grupo de no más de 15
personas por salón y los que éramos de 20 años éramos mucho menos. De allí
que para “nuestra patojez “la
idealización de nuestros profesores era obsesiva, como ocurrió aquella vez que
supimos que el Economista Piedra_Santa Arandí estaría con nosotros, era el
primer economista que conocía que había estudiado en Harvard, recuerdo que su
exposición versó sobre las regalías en la industria minera, allí comprobé la
calidad de profesores que se tenían y sobre todo el compromiso coherente por
los asuntos públicos, aspecto similar al que se dejaba ver en el libro de Reyes
Escalante y otros como los de Falla o de Rigoberta Menchú.
La vida estudiantil de aquellos años fue siempre de
reflexiones, de cuestionar el orden establecido y fue en ese ambiente que
conocí a Reyes Escalante – siempre le dije así-, recuerdo que fue en el S6,
durante una reunión de una coordinadora de estudiantes que queríamos hacer,
como un grupo de estudiantes alterno a la AEU. Cuando convocamos a los
estudiantes de Economía el salón se abarrotó, especialmente por muchos
infiltrados. Al terminar la reunión me encontré a Reyes Escalante con esos lentes
sobresaliente y me preguntó por lo que hacíamos, al contarle me dijo “qué bueno
que se organicen “y se marchó sonriendo.
II. De la experiencia de ser su auxiliar de catedra
a ser su ahijado como economista
Para el año 1998, tenía 23 años cuando me aceptaron en el Programa
de Estudios Superiores del Banco de Guatemala y de la Universidad Landívar, habiendo
cerrado cursos, contando con tiempo disponible, opté por la práctica docente y me asignaron apoyar el curso de Problemas Socioeconómicos
de Gutemala. Fue allí donde iniciamos a
conversar más seguido con Reyes Escalante, que era algo así como coordinador
del curso, así, terminando el año , concluían cinco años de universidad y yo
terminaba mi pre grado en el curso en el cual ese libro de apuntes fue creado. Pasó algo
interesante en esos años y fue que algunos estudiantes fueron muy críticos del
material del profesor, yo que era estudiante de postgrado siempre lo consideré
oportuno para la introducción, lastimosamente nunca hable con Reyes Escalante
sobre si él seguía a gusto, pocos sabían que él también era investigador y por
decirlo así podía “subir el nivel”.
Ya para el año 1999 estaba terminando el postgrado y salió a concurso una plaza de
profesor auxiliar del Curso de Metodología de la Investigación. Participé y la
gané, empecé un poco con miedos puesto
que esa clase era la primera vez que se daba con el nuevo plan, pero había recibido cursos en el Programa. Por cuestiones
de la vida, Reyes Escalante fue el profesor titular y así fue como pasé mi
primer semestre en docencia en San Carlos; dado que era estudiante de tiempo
completo en el postgrado, tenía todo el tiempo para investigar y preparar la
clase, al día de hoy tengo presente a Imer Lakatos y una de las preguntas que
consignamos en el material de clase ¿si el monetarismo era o no parte de un
programa de investigación lakatosiano?. Nos juntábamos todas las tardes antes de clase
a veces yo llegaba a la Universidad solo para conversar, en cierta ocasión
llevó un pequeño libro verde, ya había leído cerca de la mitad, y como yo veía que
el leía cosas que me resultaban interesantes, le pregunté de que trataba el
libro y me respondió que era de institucionalismo; al otro día me lo compré en
el Fondo de Cultura Económica y empecé a leerlo. Al contarle de mi reciente adquisición,
me dijo que lo discutiríamos de cuando en cuando y fue así como antes de clases
nos embarcábamos en la discusión, fueron hermosas esas tardes y aprendí y
aprendimos de “law and economis”, teoría de la firma, costos de transacción y
otros; para mí acotada educación en abordar fenómenos multidicplinarios, la
fusión de la metodología y este libro fue deslumbrante, por ratos añoro esas tardes de ese pequeño cubículo del
segundo nivel del s6 ¡fue un semestre
para recordarlo toda mi vida!.
Durante ese semestre también aprendí de su forma de dar clases: pausada, tranquila, sería, no tan socrática, no daba treguas a la ambigüedad, y utilizaba muy bien sus gestos, a los años ya no sé si como en aquellos otros años lo idealizo, pero en fin, también hay sesgos que son sabidos y apreciados. Pasados los exámenes privados, un día de esos, le pregunte si me daba el honor de asesorarme en mi tesis; ya que prácticamente tenía todo listo y quería hacer algo rápido, opte por un modelo econométrico y simulación de la dinámica de deuda en Guatemala, con mucha tranquilidad me respondió que no, ya que no era su campo, su honesta respuesta fue un parte aguas. Reyes Escalante fue mi padrino de graduación de grado de Economista y fue un gran honor llegar a ese salón del S8 para que me pusiera el birrete, aún me siento honrado por ello.
III.
De las ideas institucionales en otros países y
del colega docente y profesional
Terminado la carrera universitaria y el postgrado apunte a
culminar la maestría en Finanzas, la cual no
me llevo más que 6 meses. No fue
mayor problema encontrar trabajo con el título del Postgrado de Estudios
Superiores. Sin embargo, en mi quedó instalado ese animalito del institucionalismo
y la política; y así, un día fui a
visitar al profesor Reyes Escalante y le comenté que había ganado una beca de
estudios de Maestría en la Universidad de Tucumán, note su felicidad por ello,
la cual considero sincera y me animó a partir sin darle más vueltas, y fue así
que a los 25 años me encobraba en Argentina cursando la Maestría en economía, fueron
tiempos de mucho aprendizaje y tuve la oportunidad de ser alumno de algunos de los economistas que
algunos clasifican como los mejores del mundo y entre ellos al profesor Tommasi,
heredero y defensor de la escuela de Chicago y fundador del enfoque de costos de
transacción en políticas. En esos años opté por trabajar instituciones y ese
pequeño libro verde todavía me ayudó bastante, en inicios fue el profesor
Tommasi mi guía de tésis y en cierta oportunidad me pregunto qué haría y desde luego le
comenté que me gustaría terminar el doctorado en Argentina, extrañamente a la
misma fecha la Escuela de Economía de Londres estaba en reclutamiento en
Argentina y cuando me entrevisté le comenté que me interesaba metodología, volvió
a salir Lakatos y desde luego el institucionalismo. Con el cerrar del año 2002 valoré
cosas personales y decidí regresar a Guatemala, de esa cuenta decidí dar por
cerrado mi andar académico, que un postgrado y dos maestría serían mi
versión de doctorado a mis 26 años.
Iniciando el 2002 regresé a Guatemala, a inicios de 2003 me
contactó Reyes Escalante y por su recomendación inicie a ser profesor de
maestrías, ese fue el inicio de una larga carrera de unos 9 años. Nos reunimos varias veces, más nunca hablamos
de cosas personales, desconozco del porque de ello; siempre hablamos de economía y de la
universidad, yo le contaba lo hermoso de Argentina pero más de las nuevas
corrientes de pensamiento, especialmente de lo que en Estados Unidos le llaman Positive
Political Economy, algunas ideas novedosas salieron. Por allí en 2005 regrese a San Carlos como Profesor Titular
del curso de Economía Política y descargué toda la nueva escuela de costos de
transacción y no pude resistir el escribir material de apoyo, el cual aún
conservo sin editar, tiene errores de redacción y ortografía, pero quiero que
siga así, ya que fue mi versión de ese
libro de Problemas Socioeconómicos; tal vez algún día lo reedite.
Con los años nos distanciamos con Reyes Escalante y cierta
mañana me asignaron de SAT a trabajar una ley. De esa cuenta llegué al nivel 18
del Ministerio de Finanzas, la consigna era sencilla, teníamos dos semanas para
plantear una nueva ley de Alianzas Público Privadas. Al ingresar a la mesa de
trabajo gratamente me encontré al Profesor y de esa cuenta fue que trabajamos
en dicha propuesta por dos semanas. Sobre dicho proyecto habría muchas cosas
que discutir, pero no es el caso, más me interesa recordar que él era la roca
que resistía las envestidas de intereses, siempre argumentaba desde la
economía.
Posteriormente, como suele ocurrir, nos dejamos de hablar
por unos años, a pesar de que yo llegaba recurrentemente a San Carlos a
impartir docencia en Maestrías, no tuve la oportunidad de contarle que después de
años nuevamente me embarcaría a estudiar, cerrando esa parte que quedo
pendiente, cosa que realice en 2011 partiendo a Chile a estudiar ahora gestión y políticas públicas.
Agradecimiento
Regrese a Guatemala hace dos años y hace un año me
comentaron de su fallecimiento, cosa que me entristeció profundamente,
solamente estuve en su casa una vez y de su hogar note la calidez que uno
espera en los hogares. Quizás por personalidades nunca tuvimos la oportunidad de
hablar de otra que no fuera de economía, me recordó mucho la historia de aquellos
monetaristas que se alimentaban con monetarismo e hicieron de ello su vida en
la universidad de Chicago. De eso ha pasado ya un año.
Cuando inicié a escribir estas palabras y ahora que termino
tengo sobre el escritorio este libro verde, al ojearlo nuevamente veo el abundante
número de anotaciones que consigné cuando hablamos con Reyes Escalante, entre
ellas frases subrayadas y cuestionamientos como ¿Cuál es la teoría? ¡!Afirmación
poco robusta!!. El capítulo VII de dicho
libro está dedicado a los contratos y su tercera cita dice “Los economistas comienzan
a hacer una “ciencia del contrato” más que una “ciencia de la elección….”
citando a Buchanan, y ahora, a su memoria, le cuento al profesor que así fue,
que en la presentación realizada a la Sociedad Chilena de Políticas, amarré por
una parte las ideas de Williamson y de Ostrom y las ideas discutidas en esa
vieja sala del S6, en aquel lejano semestre del año 1999. Son los años los que van
tornando amarillas las hojas de ese libro pero también son los años los que han
mantenido verde un pequeño árbol de conocimientos.
Por todo ello y por tener el honor de haber sido el portavoz de nuestra ideas en otros países, sencillamente gracias querido colega.
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