En este artículo muestro como existen recursos disponibles para
el sector justicia en Guatemala y como su escaso uso evidencia incapacidad de
ejecución, con ello planteo la necesidad de abandonar la añejada postura centrada en el dinero.
Hace 4 años el Gobierno de la República de Guatemala y el
Banco Interamericano de Desarrollo firmaron el convenio de préstamo “Programa
de Apoyo al Sector Justicia Penal” por un monto cercano a los US$ 30.0
millones. El objetivo del mismo es apoyar al Organismo Judicial, El Ministerio
Público, el Instituto de la Defensa Pública Penal y el Ministerio de Gobernación, bajo la
coordinación de la Instancia Coordinadora de la Modernización del Sector
Justicia. El préstamo está destinado a la creación de centros de atención de
justicia, comisarias, remodelación de juzgados, adquisición de terrenos,
adopción de tecnología y capacitación, (Contrato de Préstamo No. 1905/ OC-GU). Este
préstamo sigue a otros sobre como el de Reforma al Sector Justica y al de fortalecimiento de las capacidades de
investigación.
Al 23 de noviembre del año 2015 han sido desembolsados
únicamente US$ 6.6 millones de los US$ 30 millones asignados, es decir tan solo
se ha podido ejecutar un 22% a lo largo de cuatro años, con un promedio de 5%
al año, restando por desembolsar US$ 23.4 millones; dado que esta fuente está
disponible, recursos para el sector justicia existen pero también existe una
incapacidad para ejecutar.
Los US$ 6.6 millones desembolsados han causado comisiones e intereses
por Q. 103 mil representado un 1.6% de lo que se ha ejecutado, dado que la
rentabilidad social de apoyar al sector justicia es tan baja, (a juzgar por las
altas tasas de criminalidad y corrupción), uno puede concluir que el costo financiero
y de recursos no se justifica ante la incapacidad de ejecutar y lograr
resultados, aspecto crucial que se enseña en cualquier curso de proyectos y
finanzas y que las emociones o las ideologías nos llevan a olvidar. Lo anterior
se agrava si se supone que hasta un 50% de estos recursos se ha “ido” en
administración, incluyendo sueldos y salarios.
De esto uno puede concluir que: i) existen recursos
disponibles para el sector justicia con otras fuentes, por lo cual la discusión
centrada en impuestos no es excluyente de alternativas; ii) aún con las fuentes
disponibles, existe una diversidad de problemas de ejecución, incluso existen
problemas diferenciados entre unidades ejecutoras, por lo cual reglas de
distribución planas carecen de sentido, como las propuestas recientemente con
el impuesto; iii) al igual que con impuestos, existen costos de los recursos
los cuales requieren beneficios sociales valiosos, bajo las condiciones
actuales estos están lejos de lograrse; y, iv) debemos trascender de una visión
centrada en presupuestos y su necesario incremento a una más noble y racional.
Como siempre, la ciudadanía exige una gerencia moderna del
que hacer público e iniciativas que carecen de evidencias y se fundamentan en
creencias y emociones conducen a un desperdicio de los recursos escasos.
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